Hace muchos años trabajé para la gerencia de marketing de una multinacional. En ese momento, casi todos los mails que llegaban a la casilla de correo electrónico tenían como destino final la impresora. Casi todos los mails se imprimían.
Como consecuencia, teníamos dos papeleras. La del mail y la que estaba al lado de la impresora. Dos papeleras siempre llenas.
El derroche de recursos era pornográfico: Papel, toner, tinta de colores, electricidad…
Nos parecía lógico y coherente imprimir todo lo que fuera posible en vez de todo lo que fuera indispensable.
Hasta que un día, la compañía decidió a nivel global que todos los mails corporativos debían contener al pie la siguiente leyenda:
“No imprimas si no es necesario. Protejamos el medio ambiente”.
Antes de escribir este push fui a revisar los correos que tengo en mi bandeja de entrada.
Ninguno trae ya esa leyenda al pie.
Y ya nadie imprime los correos que recibe si no es estrictamente necesario.
¿Sabés qué? Con el tiempo aprendí a detectar las tendencias, y estoy convencida de que lo mismo va a pasar con la sustentabilidad web.
Más temprano que tarde surgen empresas preocupadas por la sustentabilidad web.
Organizaciones que no sólo saben que es importante tener sitios sostenibles. También saben que es importante comunicarlo.
Esos son nuestros clientes.